martes, 3 de noviembre de 2009

UNIDAD DIEZ

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UNIDAD 10: LA COMUNICACIÓN
Por: Carlos Alberto Rincón C
“No valoramos lo suficiente la importancia de esos
gestos o palabras sutiles que poseen el poder casi
mágico de abrir o cerrar, en un instante, la comunicación
interpersonal. Basta un gesto cualquiera —unos labios
que se fruncen, una mirada que se endurece, un rostro
que se tensiona— para que la dinámica interpersonal
cambie por completo, iniciándose una reacción de
simpatía o, al contrario, una cadena de reproches o un
insoportable silencio. Igual puede suceder con un simple
carraspeo o una mirada de reojo, que de manera inmediata
bloquean la dinámica comunicativa”.
Luis Carlos Restrepo
Los seres humanos sentimos la necesidad de comunicarnos con nuestros semejantes. Y para
ello, hemos desarrollado un complejo sistema de comunicación que trasciende el esquema
simple de estímulo y respuesta.
Ese complejo sistema de comunicación producido por el hombre no tiene, por supuesto, un
carácter exclusivamente lingüístico. Es más, se ha estimado que en una conversación entre dos
interlocutores sólo el 35% del mensaje se realiza en palabras, mientras que el 65% restante
es comunicación no verbal.
Sin embargo, no por esto podemos dejar de reconocer que el lenguaje verbal es la forma
básica de actividad comunicativa humana. El lenguaje articulado es el modo de comunicación
más completo de cuantos dispone el hombre.
Por lo tanto, para el desarrollo de esta temática, queremos advertir, en primer lugar, que nos
limitaremos a la comunicación lingüística y, en segundo lugar, que vamos a partir del supuesto
de que la comunicación es la función primaria del lenguaje.
Recordemos que la comunicación lingüística es la actividad por medio de la cual, haciendo uso
de los signos de una lengua, construimos un mensaje con la intención1 de alcanzar un objetivo o
un propósito fijado de antemano.
1 Para comunicarnos no basta con transmitir un contenido semántico, sino que también es preciso que el interlocutor
reconozca nuestra intención comunicativa.
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También sería bueno que no olvidáramos que la comunicación es producto de la naturaleza
social del hombre y que, como tal, se fundamenta en la facultad semiótica (o función
simbólica), de la que ya hemos hablado en unidades anteriores.
COMUNICACIÓN E INFORMACIÓN
Teniendo en cuenta la estrecha relación que guardan, es necesario hacer una distinción entre
comunicación e información, ya que son conceptos que se confunden con frecuencia, tal vez
porque el primero incluye el segundo.
En términos generales, la comunicación se define como una transferencia de información de un
emisor a un receptor. Pero la comunicación no es sólo un proceso de transferencia de
información, sino un proceso constructivo que se desarrolla en el tiempo y en el que todos los
interlocutores están implicados.
En cambio, si situamos la información en el plano representativo, podemos definirla como el
proceso de recolección, acumulación y registro de datos provenientes de un mundo considerado
objetivo. En este sentido, este proceso incluye un sujeto que se informa y un objeto sobre el
cual se informa.
Durante los años 30 y 40, se generalizó un modelo estándar de la comunicación. Este modelo,
influenciado por la psicología conductista, concebía el proceso de la comunicación como un
“canal”, es decir, entendía el proceso como una simple descodificación, por parte de un
destinatario, del mensaje codificado enviado por un emisor. Este modelo, sin lugar a dudas, no
se ajusta a la realidad de las cosas; puesto que el acto de comunicación humana no consiste
simplemente en descodificar un mensaje. Un computador codifica y descodifica sin inmutarse,
pero no así los seres humanos. El modelo estándar convertía al destinatario en una máquina
pasiva y muda que se limitaba a descodificar.
Se propuso luego un modelo que tenía más en cuenta las intenciones del hablante, un modelo
que destacaba la existencia de un feed-back o señal retorno producida por el destinatario: un
modelo interactivo. Analógicamente podría compararse con un juego de tenis, en el que el
mensaje pone de manera alternada a interactuar a los participantes. Parece que este modelo
aún no acentúa de modo suficiente el papel del destinatario.
Se avanzó, entonces, hacia un modelo dialógico, circular, que insiste en dos situaciones: la
primera, en que el destinatario no se comporta como un receptor pasivo del mensaje sino que lo
interpreta y, la segunda, en que los interlocutores son al mismo tiempo (y no en momentos
diferentes) emisor y destinatario.
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Tanto en el modelo interactivo como en el modelo dialógico, la comunicación se considera un
proceso bidireccional y recíproco. Así entendida, la comunicación trasciende la transmisión de
pura información.
Por el contrario, desde el punto de vista de la acción que un sujeto ejerce sobre un objeto, la
información se considera un proceso unidireccional y no recíproco.
LA COMUNICACIÓN LINGÜÍSTICA Y LOS ACTOS DE HABLA
Para comprender mejor cómo se realiza la comunicación lingüística, es indispensable identificar
primero cuáles son los elementos que intervienen en ella. En principio, podemos distinguir
cuatro elementos fundamentales: emisor, destinatario, enunciado y contexto.
El emisor designa al sujeto que produce intencionalmente un enunciado lingüístico, oral o
escrito, en un momento dado. Dicho de otra manera, el emisor es el hablante2 que con un fin
específico hace uso de las palabras en un determinado momento, con el propósito de emitir un
mensaje. Es importante destacar que toda comunicación humana tiene una intención o una
finalidad.
El destinatario es la persona o las personas a las que el emisor dirige el enunciado y con las que
normalmente suele intercambiar su papel en una comunicación de tipo dialogante. El
destinatario no es un simple oyente, un sujeto pasivo y mudo, sino aquel elemento que actúa
interpretando el enunciado que le ha dirigido el emisor. Mediante la interpretación, el
destinatario reconoce la intención del emisor.
El enunciado es la expresión lingüística que produce el emisor.
Finalmente, el contexto o entorno es el conjunto de circunstancias y conocimientos necesarios
para comprender el significado y la intención de los enunciados. En la unidad 2, titulada LA
SIGNIFICACIÓN, mencionamos cuatro tipos de contexto: el semántico, el situacional, el
físico y el sociocultural.
Es importante insistir en que el contexto es una entidad variable, no sólo de un acto
comunicativo a otro sino también en un mismo acto comunicativo, puesto que las informaciones
previas se van ampliando y el conocimiento entre los interlocutores se modifica.
El siguiente cuadro puede ayudarnos a comprender la comunicación lingüística:
2 Aunque es conveniente establecer la diferencia entre emisor y hablante, nosotros vamos a emplear ambos términos
para referirnos a quien tiene la función de codificar.
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Intención ENUNCIADO
comunicativa
interpretación
EMISOR DESTINATARIO
interpretación
intención
comunicativa
ENUNCIADO
Ahora bien, ¿QUÉ ES UN ACTO DE HABLA? 3
Un acto de habla es la unidad mínima y básica de la comunicación lingüística. Un acto de habla
es la emisión de un enunciado, hecha en las condiciones apropiadas. Así pues, un acto de habla
tiene carácter dialógico, porque es producido para un interlocutor con el fin de establecer con
él una interacción verbal.
Por lo tanto, un acto de habla es un acto comunicativo que se realiza mediante el uso de una
lengua, oral o escrita. En la práctica comunicativa real, no se produce aislado sino que se
encadena con otros actos de habla en el proceso discursivo.
Con cada acto de habla, simultáneamente decimos algo, lo decimos en un determinado sentido y
producimos unos determinados efectos (ya sea para requerir un objeto, solicitar información,
controlar la atención, prometer, negar, dar una orden, ofrecer disculpas, etc.). Lógicamente no
todo acto comunicativo es un acto de habla, puesto que no toda comunicación humana es de
carácter lingüístico.
3 La teoría de los actos de habla fue formulada por el filósofo de Oxford J. L. Austin, en 1962, y desarrollada por el
norteamericano J. Searle, en 1964, 1969 y 1975. Explica el uso lingüístico basada en la observación de que cuando
producimos un enunciado se realizan simultáneamente tres actos: el acto locutivo —la expresión de una oración con un
sentido—, el acto ilocutivo —la fuerza que le damos a esa expresión— y el acto perlocutivo —el efecto que se produce
en la audiencia.
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ESQUEMA DEL PROCESO DE LA COMUNICACIÓN
Con el siguiente esquema, vamos a completar el cuadro de la comunicación lingüística según el
modelo dialógico:
Contexto
Código
Producción Comprensión
Comprensión Producción
Canal
Emisor Mensaje Mensaje Destinatario
encodificado descodificado
Intención Efectos
Efectos Intención
Referente
Señal retorno
Contexto
Como vemos, todos los elementos que participan en un acto de comunicación hacen parte de un
proceso estructurado, de un sistema integrado, abierto y dinámico. Intervienen en este
proceso los siguientes elementos:
1. Las fases de producción y de comprensión de los enunciados.
2. Los dos actores: el emisor y el destinatario.
3. El código: es el sistema de signos, cuyo conocimiento habilita al emisor para producir los
enunciados (el mensaje) y al receptor para interpretarlos.
4. El canal: es el medio a través del cual se transmiten los enunciados.
5. El mensaje encodificado: son los enunciados que han sido producidos por el emisor utilizando
un código, y con una determinada intención o finalidad.
6. El mensaje descodificado: son los enunciados convertidos por el destinatario en formas
comprensibles, en un contenido semánticamente significativo, dotado de una reconocida
intención comunicativa.
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7. El feed-back o señal retorno: incluye las respuestas, reacciones y efectos del destinatario
ante el mensaje. Es la manifestación concreta de la actividad descodificadora o
interpretativa del destinatario.
Según algunos autores, no es posible sino en ciertos tipos de comunicación. Esto los ha llevado
a clasificar las comunicaciones, de acuerdo con el grado de participación del destinatario, en
bilaterales o recíprocas y en unilaterales. Para nosotros, toda comunicación, en sentido
estricto y pleno, implica reciprocidad.
8. El referente: está constituido por los objetos, seres o fenómenos a los cuales hace
alusión el mensaje, por la realidad de la cual se habla en el acto comunicativo.
9. El contexto o entorno: es el conjunto de circunstancias y conocimientos necesarios para
comprender el significado y la intención de los enunciados.
CLASES DE COMUNICACIÓN
Sobre este tema, se puede consultar el texto Los procesos de la comunicación y del lenguaje,
de Víctor Miguel Niño Rojas (1998: 41-42). Allí, este autor ofrece una tipología de las
distintas formas de comunicación humana. En ese cuadro, se señala el criterio que hace viable
la clasificación, los tipos de comunicación según cada criterio, una breve explicación conceptual
y un ejemplo que ilustra la distinción hecha.
“Comunicarse es hacer cosas con determinadas intenciones en situaciones comunicativas
concretas. Estamos ante prácticas comunicativas que no son ajenas a la voluntad de los
usuarios, en las cuales el lenguaje, la acción y el conocimiento son inseparables ”.
Lomas, Osoro y Tusón
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BIBLIOGRAFÍA
ÁVILA, Raúl. La lengua y los hablantes. México: Trillas, 1990.
CONESA, Francisco y NUBIOLA, Jaime. Filosofía del lenguaje. Barcelona: Herder, 1999.
DUBOIS, Jean y otros. Diccionario de lingüística. Madrid: Alianza, 1979.
FRÍAS NAVARRO, Matilde. Procesos creativos para la construcción de textos. Santafé de
Bogotá: Magisterio, 1996.
LOMAS, Carlos y OSORO, Andrés (comp.). El enfoque comunicativo de la enseñanza de la
lengua. Barcelona: Paidós, 1993.
LOMAS, Carlos, OSORO, Andrés y TUSÓN, Amparo. Ciencias del lenguaje, competencia
comunicativa y enseñanza de la lengua. Barcelona: Paidós, 1993.
NIÑO ROJAS, Víctor Miguel. Los procesos de la comunicación y del lenguaje. Santafé de
Bogotá: Ecoe, 1998.
PARRA, Marina. Cómo se produce el texto escrito. Santafé de Bogotá: Magisterio, 1996.
TOBÓN, Rogelio. “Comunicar es algo más que informar”, Lingüística y Literatura, (19 - 20),
Medellín, enero - dic, 1991, p.p 34 - 41.
_____________. Estrategias de la comunicación. Medellín: Grupo Impresor, 1997.

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